Al interior del Zurucuc, octubre 2006



Obra inédita y reciente de Arnoldo Ramírez Amaya, exhibición del 17 al 31 de octubre del 2006

Objetivo
Reinsertar al circulo de la artes visuales guatemaltecas la obra de este enigmático artista. Porque si la esencia del hombre – libre, libertino, condenado, auténtico, redentor o como quieran llamarle – le hace atractivo, lo que puede crear le honra por encima de su propia leyenda. La colección de trabajos que presenta en la muestra posee valores que denotan que el artista es uno de los grandes y que su capacidad podría confundirse con un don.

Descripción
La muestra consta de veintidós obras en tinta sobre papel y un óleo de grandes dimensiones. Sus aves, felinos y las armas, los tres temas centrales de la exposición, contienen mensajes cifrados para los más neófitos. Tanto en el pasado como en el presente, para el no iniciado, son sólo exóticos gatos de afiladas garras, atractivos zopes o tecolotes de costumbres nocturnas. Las armas, determinadas por su género femenino, muestran a primera vista, una belleza fría y peligrosa. Sin embargo las lecturas de las tres temáticas son mucho más profundas y tienen que ver con lo que él, como testigo inmerso en diversas realidades, ha observado de la cultura nacional. No deja de llamar la atención que en los tres casos los registros identifican sujetos y objetos cuyos resultados surgen de la observación, del asecho.

Otros animales, entre ellos un macho cabrio, complementan la panorámica y reafirman su pasión por trasmutar el espíritu animal con lo humano. A lo ya descrito hay que sumarle el retrato de un salvatrucha. Motivo que le dio pauta para establecer finos patrones tatuados sobre el rostro del sujeto. Como complemento a este dibujo pintó dos estilizadas estilográficas.

Pese a lo anotado sobre los mensajes cifrados, cada una de las piezas incluidas en la muestra abre su lectura con claridad indiscutible. Desde el punto de vista estético reflejan un gozo que se suma a la actitud de demostrar el claro domino de elementos formales de primer orden. Y es que dibujantes como este autor no abundan en la historia de las artes de Guatemala. Compositivamente cada tinta guarda una relación estrecha con el medio sobre el que están realizadas y la línea muestra una mano flexible, pero firme, determinada por la experiencia y la etapa de claridad por la que está pasando el artista en estos momentos.

Corona la exposición de Ramírez Amaya un óleo de grandes proporciones, titulado “Atitlán (Homenaje a Gauguin y Efraín Recinos) de un metro veintitrés de alto por cuatro metros de largo, que amarra su pasado con el futuro. Pese a estar realizada sobre otro soporte, se casa a la perfección con la pinacoteca propuesta. Esto debido a que fuera de ciertas características relacionadas con la técnica, toma, también, como basamento el dibujo característico del artista.

Nómina de obras

A. Armas

1. Arma mía
2. Special con sueño
3. Boca de fuego
4. Cuidadito!!
5. Gladiador
6. Daga de gladiador
7. Excalibur
8. Honda

B. Aves

9. Azacuan
10. Azacuan
11. Azacuan
12. Halcón
13. Espumuy
14. Zopilote

C. Otra fauna

15. Gato siamés
16. Gato al asecho
17. Berraco
18. Berraco

D. Retratos

19. El Quijote
20. Sancho Panza
21. La Dulcinea
22. Lágrima salvatrucha


Sobre el autor
Este autor debutó en el escenario de las artes visuales hace unos cuarenta años, a mediados de la década de los sesenta. Una vida ha pasado desde aquel momento y sus experiencias, dentro de la complicada trama de un universo tan singular como él, le han otorgado el papel de ciudadano distintivo del país de las contradicciones: Guatemala.

Respetado y odiado. Irreverente. Centro de admiración y envidias. Testigo de las falsedades y las verdades del entorno. Ángel o demonio. Contradictorio. Objeto de culto. No hay un título bajo el cual ubicarlo y un cóctel de todos los apelativos por los que se le nombran no llegarían a definirlo en su totalidad. Lo único que se sabe a ciencia cierta es que él decide bajo qué faceta presentarse. Como leyenda suburbana aparece o se esfuma de los escenarios conquistados en el momento más insospechado ya sea por hastío, desgaste o porque el firmamento le ofrece nuevas inquietudes que perseguir. Lo único que se puede decir de él, haciéndole justicia, es que cuando toma sus estilográficas se convierte en artista virtuoso.

Arnoldo Ramírez Amaya llegó a El Attico - luego de una visita previa más de una década atrás - hace un par de años. A pesar de las advertencias de los colegas, desde un primer momento percibimos en él una inteligencia superior al promedio, una personalidad atractiva y entendimos que, para tener su trabajo en nuestras instalaciones y su respeto, íbamos a tener que hacer algunas concesiones.

Síntesis curricular

Arnoldo Ramírez Amaya (Guatemala, 26 Noviembre 1944)

Su basta trayectoria artística lo llevó a exhibir su trabajo en todo el continente americano y europeo. Desde 1968 en donde participó en el Festival de Arte Contemporáneo de la Universidad de San Carlos, en 1969 la I Bienal de Grabado en Lieja, Bélgica y la Galería DS. En 1971 la XI Bienal de Sao Paulo, Brasil, La II Bienal de Grabado de Medellín. En 1973 participa de la Moralización de la Ciudad Universitaria en Guatemala. En 1974 expone en las ciudades de Bruxelas, Bélgica y París Francia. En 1976 participa de la exposición de Gráfica Latinoamericana en la galería San Diego, Bogotá, Colombia y en la exposición Arte Guatemalteco en el Museo Metropolitano de Miami, EUA.

El caso de Arnoldo Ramírez Amaya y su obra no matérica desveló a uno de los mejores dibujantes del período. En la década de los 70, y parte de la del 80, realizó su más importante obra y desplegó una actividad internacional de relevancia. Además de publicar, siempre en ese momento, varios libros (sin contar sus innumerables aportes en las revistas universitarias): "El Cantar del Tecolote", "El Pájaro Sobreviviente", "Sobre la Libertad del Dictador y sus Perros Fieles", "Palic Chirachic" y "Memorias de un Aprendiz de Asesino."

Su referente básico, una crítica aguda a la sociedad de poder guatemalteca, se expresó agudamente en innumerables retratos cercanos a la caricatura en los cuales el diseño desempeñó un papel de primer orden. Su influencia en las posteriores generaciones de dibujantes no queda clara. Si en los años 60 y 70, principalmente, mantuvo una actividad continua, a partir de finales de la década de los 80 y la siguiente, su labor quedó relegada a la circulación de ciertas piezas raras entre las que destacan principalmente grabados y algunas acuarelas que retoman su temática gráfica de aves y otras zoomorfas.

En el año 2005, el cineasta Luis Urrutia realiza un revelador documental sobre la vida de Arnoldo Ramírez Amaya, titulado “El Pájaro Sobreviviente”, el cual presenta dentro del marco del Festival ICARO. En el mismo resume algunos rasgos característicos del quehacer diario de este autor, a través de fragmentos de éste, y entrevistas realizadas a múltiples personalidades relacionadas con este enigmático creador.

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