HÁBITAT
Un escenario utópico es aquel que surge de la reflexión. Fértil ensueño, por cierto, el que nutre el repertorio visual de Lezzueck Asturias quien se expresa como observador y parte de una naturaleza surrealista y metafísica. Por lo tanto flora y fauna forman protagonismos muy particulares en el Paraíso que se ofrece, ilusorio, desde las atentas miradas de las aves del mismo nombre. Estos pájaros, acota Asturias, “representan la naturaleza absoluta”. Se colige, también, que el artista percibe en la especie y todos sus géneros un hálito de libertad que va de la mano en la convivencia de los humanos. Seres bípedos con los que comparte el escenario terráqueo.
No encuentro mejores palabras para describir la esencia de la muestra que las del propio Lezzueck: Las composiciones “transmiten un fuerte deseo por el respeto absoluto hacia la flora, la fauna y su medio ambiente y la convivencia harmónica entre el animal humano y el animal natural”. “Es, (y esto tiene mucha lógica en países como Alemania, seguramente el país mundialmente que más se preocupa por el medio ambiente y su persistencia, en donde trabaja el autor) un llamado a la correcta utilización de los recursos naturales para lograr su supervivencia.”
Una después de otra, cada imagen representa una añoranza que amarra figuras del pasado con visiones quiméricas del futuro. Los celajes de antaño son substituidos por panorámicas dramáticas y hasta extraterrestres, si se quiere, en que las imágenes surgen como mensaje de vida y esperanza. Buen humor, en algunos casos, ingenuidad en otros, ingenio en todas las piezas. Asturias nos presenta su universo de visionario y nos invita a soñar a partir de su propuesta.
Guillermo Monsanto, 2012
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