"PÁJAROS DE-MENTE"


Jonathan Ardón… Pájaros de-mente. 

Cómo abstraer la personalidad desenvuelta, agradable y segura de este muchacho de su producción pictórica.  Una y otra son lo mismo.  Cuando lo conocí en la Escuela Nacional de Artes Plásticas “Rafael Rodríguez Padilla” me apabulló la facilidad con la que me abordó y el poco tiempo que necesitó para que sintiera que podía confiar en él.  Después me entregó un dibujo caricaturesco que me retrataba… Como me simpatizó la espontaneidad con la que me lo entregó y el modo tan franco y seguro de preguntarme que para cuándo le daba una fecha de exposición para El Attico.  Por alguna razón lo tomé en serio y le dije que se acercara cuando estuviera listo.  La próxima vez que lo vi, más de una año ha, fui yo quien le pregunté qué cuándo me llevaba su trabajo para fijar el momento de su exhibición.  Como era de esperarse, finalmente terminé yo en su estudio viendo trabajos recientes y otros no tanto.

Ya en la locación no pude disimular mi sorpresa.  Además de tener qué decir, cosa no muy común en los artífices de su edad, manejaba el oficio del dibujo y los colores como pocos artistas contemporáneos saben hacerlo.  En esencia me encontré con un artista plástico, como los de antes, con recursos de sobra para hacerse un nombre en tiempo record y trascender más allá de tiempo.  Buen ojo, mano precisa, diversidad y delicadeza son epítetos que delinean parte de su quehacer estético.   Si hubiera que situarlo en un árbol genealógico había que hacerlo en el que ocupan excelentes dibujantes como Alejandro Urrutia, Erwin Guillermo, Marvin Olivares, Fernando Valdiviezo o Fernando Andrino… así de bueno.

Desde esta perspectiva y contando con el apoyo de Luis Escobar y el mío, qué mejor opción que el Salón del Coleccionista para dar conocer sus trabajos.  Mismos que toman como pretexto a las aves que quedan condicionadas compositivamente, destacando de ellas detalles que le llaman la atención.  Aunque Ardón no desprecia el realismo, en este caso presenta imágenes cuyo matiz proviene de un estudiado y muy bien cuidado diseño.  Otro elemento que juega un papel preponderante en la presentación del conjunto es la psicología con la que aplica el color.  En ella cuenta la mesura y el objetivo de resaltar determinada área de su formato.         

De momento no queda mucho más que agregar sólo que es una de las recomendaciones especiales que la galería el Attico propone a sus visitantes.  Hacer notar que como artista emergente ya se presenta como seguro y certero respecto a lo produce y, por último, que es de esperarse que pronto esté participando en los distintos eventos que sirven como escaparate a los artistas visuales.    

Guillermo Monsanto
Director Centro de Documentación y
Proyectos Especiales de Galería El Attico.


http://facebook.com/elatticogaleriadearte
www.elattico.com


JONATHAN ARDON: DEL SER AL LENGUAJE
Por Juan B. Juárez
     Las aves de Jonathan Ardón, como ciertos pensamientos obsesivos, son breves e intensas y, como aquellos, logran perturbar al observador/observado sometiéndolo al feroz escrutinio de sus ojos hipnóticos de persistente mirada frontal. Reducidas a la impertinente función de confrontarnos con la mirada, su vitalidad más palpitante —su realismo— se concentra en la cabeza y el pecho, mientras las otras partes de sus cuerpos, despojadas del convincente plumaje que les provee el artista a las primeras por medio del claroscuro, muestran su verdadera estructura gráfica de dibujo y concepto, dirigido ya no a impresionar a nuestros sentidos sino a incomodar a nuestra conciencia con el elocuente lenguaje de alas cortadas y garras afiladas.
     Carentes de color, los dibujos de aves de Jonathan son, más que registros naturalistas de la fauna local o pruebas de virtuosismo técnico, laboriosos logros de concentración expresiva. En efecto, aunque presentes  y notables, el minucioso realismo y el indudable dominio del dibujo están aquí subordinados a la intención expresiva que rige en toda la serie, limitados a aportar más y más detalles minuciosos y más y más densidad corporal, que, acumulados en el cuerpo de las aves como las obsesiones en la mente, parecen saturar el angosto formato que contiene a los Pájaros de mente.
     En los aspectos formal y conceptual de los dibujos de Jonathan se observa, en cambio, un proceso inverso: un degradé que va de la forma llena (en la cabeza y el pecho) a los simples contornos lineales (en las patas, garras y plumas bajas); del realismo al signo; de la realidad al concepto; de la presencia al símbolo; de la objetividad a la subjetividad; del ser al lenguaje; del mundo externo al mundo interior. Y es que para Jonathan el dibujo no es un recurso auxiliar para captar la forma de los objetos sino el método para indagar, conocer y delinear la forma que va adquiriendo su mundo interior por las presiones externas.  De allí que la forma minuciosa y exacta de sus aves sea la metáfora de sus minuciosos análisis de conciencia. 
     Si cabe hablar de las aves de Jonathan en relación con relación de la conservación del ambiente ¿quién puede, sin inmutarse ni sentirse aludido, sostenerles su exacerbada mirada? Sin embargo, el sentido del escrutinio profundo que nos hacen sus Pájaros de mente, creo yo, va más allá de la simple y justa indignación ecológica.
Guatemala, julio de 2011

No hay comentarios: